
En el siguiente artículo queremos compartir con todos ustedes 10 curiosidades que los italianos se llevaron a la Argentina o que los argentinos adoptaron de Italia, como ustedes prefieran. Historia, costumbres, apellidos y, por supuesto, gastronomía ítalo-argentina.
1. Casi 30 millones de argentinos tienen ascendencia italiana.
El día de la independencia de Argentina es el 9 de julio de 1816 y el primer gran movimiento migratorio importante fue protagonizado por italianos en la depresión económica del comienzo de la belle époque (1871) que, seguido de dos guerras mundiales, se materializó en casi 100 años de emigración italiana. Los argentinos de ascendencia italiana, total o parcial, son unos 30 millones o el 62% de la población argentina.
2. Los italianos inmigrantes influyeron en la vida Argentina, y no al revés.
A diferencia de otros países, la presencia de los italianos en Argentina fue muy positiva. Fueron recibidos de manera muy amigable y respetuosa y en poco tiempo los italianos se adaptaron a la sociedad y dieron un vuelco a la vida de los argentinos. Normalmente es el visitante el que se adapta a las costumbres del país, pero en este caso, los inmigrantes italianos influenciaron notablemente la cultura suramericana con sus tradiciones, como los encuentros familiares en domingo, los bailes, la música y, por supuesto, con la comida. Tanto es así que el 3 de Junio se celebra el día del inmigrante italiano.
3. “Los argentinos hablan como italianos que han aprendido muy bien el español”.
Así lo describen en latinoamérica. La forma de hablar pasó de un rudimentario castellano a un español con entonaciones más acentuadas, y rico en modismos. Junto con muchos de sus gestos, movimientos que sirven para culminar una frase o darle intensidad y colorido, muchas palabras italianas fueron incorporados por los argentinos, como por ejemplo:
Pibe – del italiano “pive” o “pivello”, de Genova.
Birra – en vez de cerveza.
Vos – en vez de tú, se deriva de “voi”, del sur de Italia.
Laburar – en vez de trabajar.
Viejo – de “vecchi”, para referirse a los padres, del Véneto.
Tuco – de “suco” o jugo, en italiano (salsa con tomate).
Bochar – de “bocciare”, aplazar un examen.
Facha – de “faccia” (cara). “Qué facha”, significa qué buen aspecto.
Mufa – para referirse a la mala suerte, de “muffa”, moho en italiano.
Chau – de “ciao” (en Argentina solo se usa al despedirse).
El Lunfardo (Lombardía) es la jerga que se habla en Buenos Aires y en sus suburbios, donde el quechua nativo amplió su léxico con variantes del Italiano, del francés, del portugués y del inglés. Otra nota curiosa es que todavía hay más de un millón y medio de argentinos que directamente hablan italiano.
4. Las italianas desplazadas a las tierras del sur de América transmitieron su entusiasmo a las mujeres australes.
A pesar de que París era la capital de la moda en el siglo XIX y a principios del siglo XX, desde la gran influencia italiana, la mujer argentina comenzó a vestirse igual que la italiana, apostando por una vestimenta seductora que destaca los atributos de sus cuerpos y que se convirtió en una señal de elegancia y distinción. Al igual que las italianas, incluso en los tiempos más austeros, las argentinas se cuidan mucho de estar siempre bien vestidas aportando su toque personal.
5. El tango tiene algo de italiano.
Inmigrantes italianos y sus descendientes fueron los primeros y más destacados tangueros. Compusieron y cantaron letras basadas en sus alegrías y penurias, sus anhelos, sus anécdotas de los recién llegados al continente. Si bien el tango nació a principios del siglo XIX en las zonas menos favorecidas de Buenos Aires de la exótica mezcla cultural de sus primeros bailarines de origen africano, indígenas y caribeños, la contribución italiana fue trascendental para su madurez. El tango se extendió a las zonas más ricas de Buenos Aires y continuó su expansión por Europa y los Estados Unidos a principios del siglo XX.
En 2009 la UNESCO lo incluyó en su lista de patrimonio inmaterial mundial y, hoy en día, podemos encontrar escuelas de tango por todo el mundo.
Y ahora, vayamos con la comida.
6. La pizza argentina: de masa más gruesa y todo más abundante.
Considerada la primera pizzería del mundo Port D’Alba y todavía sigue en pié en Nápoles. Si bien empezaron a vender pizzas a los viandantes en 1728, fue en 1830 cuando crearon una especie de pizzería restaurante con mesas y camareros. Allí nació la archiconocida pizza napolitana con la masa cocida a la piedra, los bordes tostados y con los ingredientes colocados desde el centro hacia afuera, dejando siempre unos tres centímetros de masa limpia.
La receta llega a Argentina con la corriente migratoria a finales del siglo XIX y la abundancia de alimento e ingredientes con los que se encontraron los inmigrantes en Argentina derivó en algunos cambios importantes en la pizza: modificaron la receta para convertirla en un plato principal, el disco de la masa se vuelve más grueso, las salsas y la mozzarella llegan hasta el borde y es todo mucho más abundante, como lo hacemos en Las Argentinas en Torrelodones.
7. La milanesa Napolitana es argentina.
La milanesa fue importada por los inmigrantes de Europa Central y es ampliamente consumida en Argentina, pero el nombre de la milanesa napolitana proviene de un antiguo restaurante de Buenos Aires, Nápoli, y es un invento de Argentina a pesar de su nombre. Las milanesas napolitanas consisten en una carne empanada con queso, tomate y con jamón en la parte superior de la carne. En Las Argentinas las hacemos muy ricas, de ternera y de pollo, o también servimos la carne empanada con patatas y huevos fritos: la muy argentina, la llamamos.
8 .La Fugazzeta rellena, otro invento argentino.
La fugazzetta es una variedad de pizza argentina que consiste en colocar el queso entre dos masas de pizza, a modo de relleno, sobre el cual se añade cebolla. Nosotros solo tenemos las empanadas fugazzeta, rellenas de queso y cebolla, por supuesto.
9. Las facturas es el nombre que recibe la bollería Argentina.
Las más famosas son las medialunas, los vigilantes, las porteñas y el término deriva de la raíz latina “facere” (hacer). A finales del s XIX, los panaderos anarquistas italianos decidieron mofarse de las autoridades y otras instituciones bautizando a sus facturas con nombres tan irónicos como las «bolas de fraile», «suspiros de monja» y los «sacramentos» burlándose la Iglesia católica, los «cañones» y las «bombas» para al ejército, o los «vigilantes», que hacían alusión a la Policía. En fin, ironia argentina estado puro, ya saben.
El pan dulce es la adaptación argentina del “panettone” milanés, popular para las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
10. Comen gnocchis poniendo dinero debajo del plato:
En Argentina y en Uruguay es costumbre comer ñoquis el día 29 de cada mes poniendo dinero debajo del plato, en tributo a San Pedro y San Marcos, santos patronos de Venecia. Los ñoquis llevan ingredientes económicos, harina, patata y agua, y al final de cada mes muchos inmigrantes y los trabajadores en general estaban cortos de dinero. Pedían a San Pedro y San Marcos para que les ayudaran.
Espero que les haya resultado interesante. Si tienen otras curiosidades, pasen por Las Argentinas en el centro de Torrelodones y charlaremos sobre lo humano, lo divino y lo gastronómico.
Hasta pronto.
Saludos,
Las Argentinas
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